Cómo los vínculos con otras mujeres me salvaron después de una ruptura amorosa

Por: M.Fernanda M.*

Desde mi primera ruptura amorosa he sido más sensible con las historias de las mujeres. No es que no valorara sus historias antes, pero no había experimentado el cúmulo de emociones que implicaba desprenderte de una persona que amaste, ni de lo que vendría después con la caída de los ideales puestos en la relación y muchas otras cosas que seguro ya conocen.

Recuerdo que fueron mis amigas, conocidas (que más tarde se convertirían en mis amigas), primas, mi hermana y mi mamá quienes no dudaron en sostenerme desde el principio. Incluso mujeres con las que no me relacionaba mucho al enterarse de mi ruptura fueron muy solidarias porque, ahora puedo entender que, lo sabían: todas habían estado en mi lugar, eso nos unió porque ellas ya sabían lo que yo sentía.

El apoyo fue inmediato y el acompañamiento durante la ruptura fue casi como un ritual: desde preguntar por mi cada día para saber cómo estaba, hasta la escucha de alguna amiga para quitarme la ansiedad de buscar a mi ex; seguida por las recomendaciones de canciones que cada una escuchaba cuando se sentía triste, invitarme a salir para distraerme y platicar sobre mi desconcierto por lo sucedido una y otra y otra vez.

Alessandra Genualdo
Alessandra Genualdo

Mis interlocutoras escuchaban pacientes y siempre tenían palabras indicadas para sanarme; pero sin duda, lo que más me llamó la atención fueron las historias que me contaban sobre sus propias experiencias en el amor, a cerca los hombres (y algunas mujeres) que las lastimaron y sobre como se repusieron ante esas situaciones. Fue ahí donde encontré un pequeño refugio que me ayudó a ver mi propia historia reflejada en las mujeres que admiraba tanto.

Y en verdad, no me sumergí en la tristeza absoluta y mis crisis de ansiedad eran controlables gracias a esas mujeres que estuvieron a mi lado (también gracias a mi analista), seguro ellas no saben el impacto de sus palabras porque cuando escuchas a una amiga no sabes lo que estas reconstruyendo, solo esperas que se sienta menos peor teniendo en cuenta de antemano que no podrás hacer más por ella que estar ahí escuchando paciente y brindando una compañía solidaria.

Ahora cada que mis amigas me cuentan sus historias me sensibilizo más ante ellas, trato de no juzgarlas ante las emociones que demuestran, ni por las decisiones que aún no se atreven a tomar porque, aunque el amor sea un asunto político también influyen los sentimientos y esos no son racionales. Intento pensar en lo mal que me sentía cuando estaba vulnerable y la culpa que cargaba a causa del “fracaso” de mi relación. En ese momento yo no podía ver las cosas que más adelante vislumbré con mucha mayor claridad y que me hizo tomar decisiones que me hacían bien. Caí en cuenta que no podemos exigir a nuestras amigas que dejen de sufrir por alguien que las lastima pero que ellas aman, pero si podemos ofrecerles nuestra escucha sincera, nuestro apoyo, nuestros abrazos y nuestra compañía.

Por otro lado, esta experiencia también me hizo ser más crítica con las relaciones sexo-afectivas que tejemos las mujeres con los hombres y que no hubiera sido posible sin mi acercamiento al feminismo teórico. Me pregunté porque las mujeres centramos nuestras vidas en el amor a tal punto que cuando “fracasa” nos desbalancea. Sé que no hay recetas mágicas para recuperarte de una desilusión/ruptura, pero debemos confiar en nosotras porque somos sabias, fuertes y nos conocemos, aunque parezca que no y debemos apoyarnos en las mujeres que nos brindan sus abrazos, sus oídos, sus risas y su tiempo.

Alessandra Genualdo

En este sentido puedo decirles a las que me leen, que si están pasando por una ruptura amorosa y sienten que no podrán dejar de sentir dolor, desesperanza y coraje quiero decirles que esos sentimientos, así como el amor también pasan y vas encontrando la paz y tranquilidad que creíste que nunca ibas a recuperar. Conforme avanza el tiempo vas construyendo nuevos caminos y tejiendo nuevas redes porque de la vulnerabilidad también crece la fuerza que no creíste que tenías, pero ahí está, sobresale y te motiva a hacer nuevas cosas y a retomar otras que dejaste de hacer. Eso sí, les recomiendo que estos procesos dolorosos no los pasen solas, acérquense a las mujeres que las aprecian, verán que encuentran lazos de sanación y otra forma de amor que tal vez no hemos valorado lo suficiente y que valdría la pena ver con atención: el amor que podemos construir con otras mujeres, el amor colectivo. Porque no se trata de dejar de amar, ni de tener relaciones sexo-afectivas; si no dejar de centrar nuestro amor en relaciones jerárquicas y que responden al amor romántico que nos limita a enfocarnos exclusivamente en el amor de pareja y dejar de lado otras formas de amar y de relacionarnos con otras y otros.

Ojalá que las mujeres que me acompañaron a sanar sepan lo importante que fueron para mi reconstrucción de corazón novato, pero me gustaría que supieran, sobre todo, que gracias a sus historias, sus experiencias, sus relatos de cómo se cayeron y reconstruyeron, como no se rindieron, como desde el dolor construyeron cosas preciosas, como encontraron de nuevo su camino y como ahora ven el amor. Me gustaría que supieran lo agradecida que estoy por escucharme una y otra vez y otra vez contando la misma historia desde el dolor, el coraje, la vulnerabilidad, la risa y la aceptación.

*Mujer urbana, casi maestra, sensible a las historias, llora casi todo el tiempo, le gustan los videos y memes de perritos.

3 respuestas a “Cómo los vínculos con otras mujeres me salvaron después de una ruptura amorosa

Add yours

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar